Como eliminar el aliento a ajo cuando no tienes un cepillo de dientes cerca

El ajo, la cebolla y el puerro son armas de doble filo. Por un lado, son alimentos con muchos beneficios para nuestra salud, por no hablar del sabroso sabor que le dan a los platos. Por otro, pueden provocarnos mal aliento y, si no tenemos cepillo de dientes a mano, ponernos en situaciones que nos pueden resultar incómodas.

Todos ellos pertenecen a la familia Allium, caracterizada por tener compuestos azufrados que generan unas moléculas volátiles –como la alicina en caso del ajo– que desprenden ese sabor y aroma tan característicos, y producen el mal aliento. Un desagradable olor que, según un estudio un estudio del Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos de Ohio en los Estados Unidos, puede persistir durante casi un día.

La volatilidad de las partículas azufradas provoca que parte de ellos no sean digeridos. Es bueno porque pasan directamente al torrente sanguíneo para beneficiar a todo el cuerpo, pero también provoca que puedan quedarse adheridos en la boca y las encías, lo cual se convierte en un gran alimento para las bacterias.

La forma de cocinarlos influye en el aliento

Lo primero que debemos tener en cuenta es que la cantidad de moléculas olorosas que se desprendan depende de la forma en la que esté preparado. Cuanto más se aplaste o trocee el ajo, la cebolla o el puerro, más olor desprenderá. Sin embargo, si se cocinan por encima de los 60ºC, se desactivan las enzimas que generan estos compuestos y su efecto es mucho menor.

Si a pesar de haber seguido el consejo de la experta a la hora de prepararlos, nos encontramos en la incómoda situación de notar el mal olor en nuestro aliento. Se recomienda comer otros alimentos que ayudarán a mitigarlo, principalmente “la manzana cruda, el zumo de limón, el té verde o las espinacas”. Pero no son los únicos.

Tanto la investigación como la experta aseguran que también podemos reducir la intensidad e incluso neutralizar el olor si mezclamos estos alimentos con otros con enzimas capaces de combatir las moléculas azufradas como setas, las hojas para ensaladas, berenjena, leche entera de vaca, menta y hierbabuena. Algo que conviene recordarlo siempre que no se tenga un cepillo y pasta de dientes a mano para evitar cualquier imprevisto.