Traumatismos dentales

Una de las urgencias más típicas en las consultas dentales son los traumatismos de dientes, sobre todo en niños. Se trata de una situación que resulta muy angustiante tanto para quien la padece, niños y sus padres, como para los profesionales que lo atienden ya que resulta imprescindible actuar lo antes posible, y además intentando no alterar demasiado la planificación de las visitas del día.

Existen diferentes tipos de traumatismos dentales que deben ser abordados por tanto de forma distinta.

En primer lugar hay que establecer cómo, cuándo y dónde ocurrió el traumatismo y si hubo algún periodo de inconsciencia. Acto seguido se procederá al examen extraoral e intraoral para determinar posibles lesiones de los tejidos blandos. Respecto a los dientes deberá determinarse si se mueven, si se han desplazado, y si hay cambios de color. También se deben realizar radiografías intraorales para determinar la extensión de la lesión y el estado de las estructuras vecinas.

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Los tipos de fractura que se pueden producir en la corona de los dientes, ya sean temporales o permanentes, según la clasificación de la OMS  son los siguientes:

  • fractura del esmalte en infracción
  • fractura del esmalte no complicada
  •  fractura del esmalte y dentina
  • fractura complicada con exposición de la pulpa del diente

En los dientes temporales si las fracturas no son complicadas puede optarse por limar los bordes cortantes o incluso si el niño coopera puede colocarse una restauración con ionómero de vidrio o composite. Si las fracturas son complicadas se pueden realizar pulpotomías, eliminación del nervio de la cámara pulpar, en los casos menos graves y si no fuera posible se realizaría la extracción del diente.

En los dientes permanentes se procederá del mismo modo para las fracturas no complicadas. Incluso, si se conserva el fragmento de diente y este no se deshidrata, conviene guardarlo en agua o suero salino, se puede recolocar mediante resinas. Si la fractura es complicada habrá que determinar la gravedad de la exposición de la pulpa. Si esta es mínima puede optarse por colocar una protección pulpar y realizar la restauración con composites. Es importante monitorizar la vitalidad del diente en el tiempo para descartar la necrosis o muerte del tejido pulpar. Si esto ocurriera habría que realizar una endodoncia para eliminar todo el tejido pulpar. Del mismo modo, si la fractura expone la pulpa de forma extensa se procederá a realizar la endodoncia directamente.