¿Qué es un irrigador bucal? ¿Cómo se utiliza?

La técnica de limpieza de irrigación bucal consiste en aplicar un chorro de agua a presión sobre los dientes y las encías. Con esto se consigue arrastrar la placa bacteriana y estimular las encías.

 

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Es una técnica que no sustituye al cepillado, sino que lo complementa. La combinación permite conseguir una mejor limpieza bucal y con ello reducir la aparición de caries y otros problemas como la halitosis (mal aliento). También mejora la salud de las encías, y reduce el sangrado y la inflamación.

La irrigación bucal está indicada para aquellos que buscan una higiene especialmente cuidadosa. Está especialment indicada para personas con implantes dentales y ortodoncia, ya que permite eliminar con más facilidad los restos acumulados en las zonas donde no es más difícil acceder. También lo recomendamos en pacientes diabéticos, ya que esta enfermedad está relacionada con la periodontitis y, por lo tanto, tienen que ser muy cuidadosos en cuanto a su higiene oral.

 

¿Cómo tienes que utilizarlo?

1) Es importante que tu boca esté bien limpia antes de usar el irrigador (cepillado e hilo dental).

2) Rellena el depósito con agua o con un colutorio bucal que adecuado a tus necesidades. Si usas colutorio, recuerda no beber agua hasta 30 minutos después de su uso para que tenga tiempo de actuar en la boca.

3) Coloca la boquilla e introduce el irrigador en tu boca, sobre las encías.

4) Enciende el irrigador y direcciona el chorro de agua a lo largo de las encías y entre los dientes. Recuerda que puedes pararlo cuando desees, así como regular la presión.

5) Lava y seca el depósito del irrigador y la boquilla después de usarlos.

6) Recomendamos utilizarlo al menos durante uno o dos minutos al día.

Notarás que tu boca está mucho más limpia y fresca.

Si quieres más información sobre esta técnica de higiene, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.