Blanqueamiento dental mitos y verdades

Una sonrisa blanca es atractiva y muy solicitada. Hablemos del blanqueamiento dental  y algunos mitos y verdades que debes saber…

-Usar productos que ofrece el mercado. A pesar de haber tantos, a veces no ofrecen el resultado que estás buscando ni se adaptan a tu caso en particular.  Algunos inclusive pueden causar retracción de encías o abrasión, por lo que lo más recomendable es ponerse en manos de un profesional, que se encargará de evaluar tu tono actual y el deseado.

-¿El blanqueamiento dental es permanente? El tiempo que dure depende principalmente del cuidado que dedique el paciente, después de terminar el tratamiento, los malos hábitos pueden acortar los efectos logrados, haciendo que los dientes se vayan oscureciendo.

blanqueamiento dental en valencia

 

Blanquear mis dientes aumenta la sensibilidad. Depende del método y los productos utilizados durante el procedimiento, es posible que algunos pacientes pueden tener sensibilidad.

Hay alimentos que dañan el tratamiento… Ciertamente mientras que dure el procedimiento se debe evitar consumir ciertos alimentos, bebidas, más que nada, para que no influya en el resultado final, como el café, el té negro y el tabaco.

¿El blanqueamiento dental debilita mis dientes? No es así, el procedimiento que usamos en nuestro Clínica Dental, no es abrasivo, por lo cual no afecta de ninguna manera a la estructura natural de tu dentadura. Una de las tantas razones de la importancia de acudir a un Profesional.

¿Preparado para blanquear tus dientes? ¡Sigue leyendo!

 

blanqueamiento dental en valencia

 

Realizamos este procedimiento estético que elimina las manchas del esmalte y de la dentina, a través de un procedimiento no invasivo, simple, rápido e indoloro que da un resultado muy satisfactorio, consiguiendo:

  • Dientes de tono notoriamente más claro que el original.
  • Resultados inmediatos, en una única sesión
  • No elimina tejido dentario
  • No daña los tejidos vitales de los dientes

Si buscabas un blanqueamiento dental,  nosotros utilizamos productos blanqueadores de última generación que minimizan la sensibilidad de los dientes, garantizando el uso de un sistema eficaz y seguro para crear la sonrisa con la que tanto sueñas y en menos tiempo del que piensas.

La mejor ortodoncia

La mejor ortodoncia de Asturias, por su innovación, tecnología y atención a nuestros pacientes. 

Queremos hacer de tu tratamiento de ortodoncia una experiencia agradable y así adaptar nuestras tecnologías y métodos a tu caso en particular, ya que cada caso tiene sus necesidades únicas.

Ahora bien, ¿Cómo sabes que necesitas ortodoncia? o ¿Cuál es tipo de brackets mejor par ti? ¿Metálicos o estéticos? Son muchas preguntas que como expertos podremos asesorarte y responderte.

Estás a un paso de la sonrisa que mereces. Hasta la sonrisa de los famosos han pasado por este exitoso tratamiento.

 

Aunque la ortodoncia se encarga principalmente del tratamiento de las anomalías de posición, forma y relación de tus dientes, en  la Clinica Dental Herrero del Pozo te ofrecemos todas las alternativas que hay, para mejorar tu sonrisa adaptándonos a tus necesidades y estilo de vida.

Existen los aparatos metálicos: muy conocidos y populares, compuestos por brackets metálicos y alambres de metal, actualmente hay opciones como las de zafiro o cerámica, estos últimos estéticamente más aceptados debido a que pasan desapercibidos.

En cuanto a su funcionaidad y resistencia, es la misma

Así como su efectvidad es similar

La diferencia más notable entre los materiales mencionados anteriormente, es principalmente su precio. Los estéticos son un poco más elevados de precio. Por lo que si buscas una opción más amigable al bolsillo, ten en cuenta el uso de los metálicos, los cuales demoran un poco menos en mostrar su efectividad debido a que la fricción durante el tratamiento es menor.

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La mejor ortodoncia en Asturias, disponible en nuestra Clínica Dental Herrero del Pozo cuenta con especialistas capacitados para ampliar en detalle esta valiosa información.

Te invitamos a solicitar tu primera cita, así podemos evaluar y conversar sobre todas nuestras opciones; si tienes dudas estos serán los pasos a seguir:

  1. Solicita tu cita GRATIS por teléfono llamando al: 984 84 22 90 Realizaremos un primer estudio. Y te citaremos con la Doctora especializada en ortodoncia.
  2. Comienzo del tratamiento.

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El tabaco y los dientes

Seguramente habías escuchado hablar acerca de la íntima relación entre el tabaco y los dientes, por años ha sido bien sabido que son muy dañinos para tu salud bucodental pero; ¿ha cambiado algo?

En el post de hoy hablaremos sobre el efecto que tiene el tabaco y los dientes hoy en día, con información actualizada. ¡Entérate leyendo más a continuación!

 

el tabaco y los dientes

 

  • Respecto al color: Cuando observas un tono amarillento y sin vida o brillo, se debe a que la nicotina y el alquitrán se mezclan y disuelven con la saliva obteniendo este tono que incluso puede tornarse negro. ¡Aaaayyysh!
  • Respecto a las caries: ¿Crees que una persona no fumadora, es igualmente propensa a tener caries que una que si fuma? ¡No! el tabaco y los dientes sanos, se podría decir que no van de la mano, ya que el diente va perdiendo su soporte y deja expuesta la raíz, zona muy sensible a las caries.
  • Respecto a tus encías: El tabaco reduce la cantidad de oxígeno que llega a las encías, haciendo que el tejido pierda fuerza. ¡Todos necesitamos oxígeno!

el tabaco y los dientes

  • Respecto a tu salud: ¿Sabías que, el 75% y el 90% de los casos de cáncer oral, están relacionados con efectos del tabaco y alcohol?
  • Respecto a la piel de tu cuerpo: Si usualmente intentamos botar toxinas, cuando fumas, las están ingiriendo provocando ese aspecto cansado y sin vida tan característico en la piel de los fumadores.
  • Respecto a los implantes dentales: Aunque los pacientes que fumen tabaco, si pueden tener implantes dentales, no es en realidad la mejor combinación.
  • Atrasa el proceso de cicatrizacióndespués de la cirugía
  • Mayor riesgo de inflamación
  • Pérdida ósea a nivel de los implantes
  • Puede producir un rechazo por parte del organismo

En conclusión, el tabaco y los dientes sanos, no van de la mano. Pero tranquila o tranquilo, nuestro equipo de profesionales, está esperándote para brindarte la atención que necesitan tus dientes. Nos puedes encontrar también en:

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Instagram: @herrerodelpozo

 

Los Neandertales iban al dentista

Un Neandertal de hace 130.000 años mostraba signos de una evidencia de una especie de odontología prehistórica. Los arañazos y surcos en los dientes indican que probablemente este individuo sufrió irritación e incomodidad durante algún tiempo.

El descubrimiento de múltiples muescas realizadas con palillos en los dientes y signos de otras manipulaciones por un Neandertal de hace 130.000 años son evidencia de una especie de odontología prehistórica.

Los resultados reflejan que el Neandertal estaba teniendo un problema dental, el cual estaba intentando presumiblemente de tratarse a sí mismo, dejando marcas de los palillos de dientes, roturas y también los arañazos en el premolar. Fue una conexión interesante o una colección de fenómenos que encajan de una manera que esperaríamos que un humano moderno hiciera.

Los Neanderthales iban al dentistaTodo el mundo ha tenido dolor dental y sabe lo que es tener un problema con un diente afectado. El Boletín de la Asociación Internacional de Paleodontología publicó recientemente los detalles del estudio. Los investigadores analizaron cuatro dientes mandibulares aislados pero asociados en el lado izquierdo de la boca del Neandertal.

Se encontraron los dientes en Krapina, Croacia. Han hecho varios descubrimientos sobre la vida del Neandertal allí.

Se descubrieron hace más de 100 años en el sitio, que originalmente fue excavado entre 1899-1905. Sin embargo, en los últimos años han reexaminado muchos artículos recogidos en el sitio y, en este caso, analizaron los dientes con un microscopio óptico para documentar el desgaste oclusal, la formación de surcos por el palillo, los arañazos dentinarios y las fracturas del esmalte lingual ante mortem.

Quizás no es sorprendente que un Neandertal hiciera esto. A pesar de que los dientes estaban aislados, los investigadores anteriores fueron capaces de reconstruir su orden y ubicación en la boca del hombre la mujer Neandertal. Los investigadores no han recuperado la mandíbula para buscar evidencia de enfermedad periodontal, pero los arañazos y surcos en los dientes indican que probablemente este individuo sufrió irritación e incomodidad durante algún tiempo.

Los investigadores encontraron que se expulsó el premolar y el 3er molar  de sus posiciones normales. Vinculado a esto, hallaron seis ranuras de mondadientes entre esos dos dientes. Los arañazos indican que este individuo estaba empujando algo en su boca para llegar a ese premolar retorcido.

Las características del premolar y del tercer molar se asocian con varios tipos de manipulacio

nes dentales. Sobre todo, como las astillas de los dientes estaban en el lado de los dientes pegado a la lengua y en ángulos diferentes, los investigadores descartaron que algo sucediera a los dientes después de que el Neandertal muriera.

Han identificado surcos de palillos de dientes hace casi 2 millones de años. No identificaron qué habría utilizado el Neandertal para producir los surcos del palillo de dientes, pero posiblemente podría haber sido un hueso o

un tallo de hierba. Quizás no es sorprendente que un Neandertal hiciera esto, no hay ningún espécimen que combine todo esto en un patrón que indique que él o ella estaba tratando presumiblemente de auto-tratarse este problema de erupción.

Los surcos de palillos de dientes, ya sean hechos por huesos o tallos de hierba o quién sabe qué, los arañazos y astillas en los dientes, nos muestran que los Neandertales hacían algo dentro de sus bocas para tratar la irritación dental.

¿Miedo a usar dentadura postiza? ¡Olvídalo!

Las personas que, por alguna razón, necesitan usar una prótesis dental removible  (la que llamamos coloquialmente dentadura postiza), se enfrentan a un cambio en sus vidas, lo que puede causarles cierto temor. El miedo a usar una prótesis dental es comprensible: el paciente no termina de entender cómo morderá, cómo masticará, si se le caerá, si se le notará demasiado… la inquietud que genera este cambio está perfectamente justificada, pero en este post intentaremos aliviar esos temores.

 

La prótesis dental completa ‘de quita y pon’ se sujeta por efecto ventosa, por lo que debe tener el máximo contacto con las encías y el paladar, además de una fina capa de saliva que hará que se fije correctamente. También es recomendable dar bocados más pequeños y masticar por los dos lados a la vez, ya que así se estabiliza la prótesis y se moverá menos. En cualquier caso, el uso de alguno de los muchos adhesivos que hay en el mercado puede ayudarnos a sentirnos más seguros, además de despreocuparnos por las pequeñas partículas de comida que puedan meterse debajo de la dentadura. El fijador también ayudará a corregir la holgura y a impedir que los pequeños movimientos de la prótesis puedan causarnos roces en la encía. Es conveniente saber que la boca cambia con el tiempo pero la base de la prótesis no, así que ante cualquier desajuste es conveniente audir a revisión para volver a tener unos dientes “a medida”.

Otra de las preocupaciones habituales suele ser la estética. Las prótesis dentales son un sustituto artificial a los dientes naturales, fabricados a medida en materiales acrílicos y resina, plásticos especiales y en algunas ocasiones metales ligeros y están diseñadas para parecer reales, es decir, para pasar completamente desapercibidas. Una dentadura postiza tiene como fin recuperar la funcionalidad y mejorar la calidad de vida del usuario y, en cuanto a lo estético, el objetivo del protésico será conseguir una dentadura de buen aspecto, aunque no tan perfecto como natural. Para ello se hace especial hincapié en el estudio de la morfología facial, el tamaño de la cara, la dentadura original y también se tiene en cuenta el sexo y la edad del usuario, para que el resultado sea completamente satisfactorio. Si el usuario lo desea, se pueden personalizar las piezas de forma que imiten los dientes que tenía antes de perderlos. De ese modo, la cara no le va a cambiar y la gente que le conoce desde hace tiempo no notará que son dientes artificiales.

Una prótesis bien fabricada, ajustada y mantenida permite hacer una vida completamente normal, sin temor a que se mueva o se caiga, con una estética correcta, sin que se note que no es natural. Así se puede devolver al paciente la masticación que había perdido y su sonrisa, que es uno de sus mayores tesoros.

Más vale un diente que un diamante

En el Siglo de Oro un alto porcentaje de la población española perdía íntegramente su dentadura debido, fundamentalmente, a la falta de higiene bucal. Miguel de Cervantes se hizo eco de este problema sanitario y lo refleja en varios pasajes de su obra cumbre, Don Quijote de la Mancha, además de plasmar en ella sus más que notables conocimientos sobre medicina.

 

Don Quijote de la Mancha

Con un desparpajo encomiable, Cervantes hace referencia en la novela a la alimentación, el hambre, la obesidad, la delgadez, la salud dental, el sueño, los traumatismos y heridas, el dolor, la higiene personal, la lipotimia, la menopausia y una larga lista de síntomas y enfermedades variopintas: lepra, infarto, dermatitis seborreica, sordera, sonambulismo, malaria, estrabismo…

 

Pero nosotros a lo nuestro: podemos hacernos una fiel idea de lo que sería la boca del hidalgo caballero a través de las múltiples referencias que hay en la novela. Don Quijote pierde en el maxilar inferior derecho dos piezas y media a causa del sangrado de las encías -gingivorragia- y confiesa que jamás sufrió neguijón o caries. Sin embargo, por una violenta pedrada, “le llevaron de camino tres o cuatro dientes y muelas de la boca… deste lado derecho de la quijada alta“.

 

El novelista alcalaíno menciona el reuma y los catarros como otras dos causas responsables del deterioro dental y expresa por boca del caballero andante su inquietud por el cuidado bucal: “más quisiera que me hubieran derribado un brazo, como no fuera el de la espada. Porque te hago saber, Sancho, que la boca sin muelas es como molino sin piedra, y en mucho más se ha de estimar un diente que un diamante”. A Don Quijote también le inquieta la limpieza dental, pues recomienda que el caballero, al terminar la comida, “se quedará recostado sobre la silla mondándose los dientes como es costumbre“.

 

Y es que Cervantes tenía razones para estar preocupado por la higiene y la salud dental. El ilustre novelista, poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro fue el encargado de describir lo desastroso de su propia boca en el prólogo de sus Novelas Ejemplares: “la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros”.

 

En la Clínica dental Herrero del Pozo nos preguntamos, ¿Sería Cervantes un posible candidato al uso de una prótesis dental?

La historia de las prótesis dentales

Se remonta a antiguas civilizaciones. Oficialmente la primera prótesis dental de la que se tiene constancia la fabricaron los etruscos en el siglo IV a.C. y se conserva en el Museo de la Escuela Dental de París. Utilizaban dientes de animales para reponer las piezas ausentes y las montaban sobre bandas de oro, lo que ponía de manifiesto una extraordinaria habilidad artesanal.

 

historia de las prótesis dentalesOtras civilizaciones, como los fenicios, ya usaban oro blando o en rollo y también manejaban las soldaduras, las medidas y los modelos. Y se ha datado en torno al año 65 a.C. el uso del marfil y la madera para elaborar dientes y coronas.

 

Las primeras dentaduras de las que se tiene noticia en Europa llegan en el siglo XV, con piezas de hueso o marfil; incluso recuperando dientes naturales (de muertos o donantes vivos). Si bien estas prótesis eran algo más funcionales, resultaban estéticamente poco adecuadas.

 

A comienzos del siglo XVII aparecen en Japón las primeras coronas con espiga, aunque no sería hasta finales del XVIII cuando se experimenta con pastas minerales para fabricar la primera prótesis de porcelana. El paso siguiente serían los dientes aislados de porcelana que se sujetaban con un clavo a bases de oro o plata, pero su elevado coste llevó a hacer diversos intentos con otros metales hasta que a finales del XIX se inventó el caucho vulcanizado, que se convertiría en el material más importante de las bases de las prótesis hasta la llegada de las resinas acrílicas ya bien entrado el siglo XX.

 

A partir de 1904 puede hablarse de la época moderna en prótesis dental: surgen las máquinas

 

de colados, los articuladores creados para imitar los movimientos de los

maxilares y se realizan múltiples avances en materiales dentales, hasta llegar a las más modernas técnicas de diseño y elaboración en laboratorio tal como las conocemos en la actualidad.

¿Cuál es el mejor momento para lavarnos los dientes?

Al contrario de lo que mucha gente piensa, no es adecuado realizar el cepillado dental tras las comidas. Es decir, no hay que lavarse los dientes inmediatamente después de terminar de comer. Esto es así, porque durante la ingesta de alimentos, tomamos productos ácidos que hacen bajar considerablemente el pH de la boca y es necesario que pase un tiempo para que el pH de nuestra saliva vuelva a sus condiciones óptimas.

El ácido desmineraliza los dientes pudiendo llegar a provocar una exposición de la dentina, generando, así, problemas de sensibilidad en los dientes. Si efectuamos la rutina de limpieza dental justo al acabar de comer, corremos el riesgo de repartir el ácido por toda la boca, poniendo en riesgo a gran parte de nuestras piezas dentales.

Al terminar de comer es recomendable enjuagar la boca con agua o colutorio para eliminar los restos de alimentos superficiales y lograr un aliento más fresco. El cepillado dental puede realizarse media hora, más o menos, después de haber ingerido alimentos. En ese plazo de tiempo el pH de nuestra boca habrá vuelto a la normalidad.

Las preguntas más frecuentes en la consulta dental

Cuando se trata de afrontar nuestra salud dental, existen muchos parámetros que crean dudas en los pacientes. La frecuencia del cepillado, el uso de hilo dental, la elección del cepillo adecuado, dudas sobre determinados tratamientos, la caries dental… Aunque cada caso es distinto, siempre existen una serie de cuestiones comunes entre la mayoría de los pacientes. Por ello, en la Clínica Dental Herrero del Pozo queremos resolver los enigmas y ofrecer la respuesta más adecuada a dichas preguntas más frecuentes en la consulta dental. En ocasiones, las dudas pueden incluso eliminar los hábitos de salud oral, algo realmente perjudicial para los pacientes.

¿Cuántas veces al día debo cepillarme los dientes?

Tres veces al día es la frecuencia óptima del cepillado de dientes, es decir, después de cada comida. Sin embargo, como mínimo se estipula una frecuencia de dos veces diarias. Para inculcar el hábito a los más pequeños, es recomendable hacer del cepillado dental un juego: cantar una canción durante el proceso, explicarle el procedimiento, contarle una historia… La práctica se convertirá en una parte esencial de su día a día.

¿Cuántas veces al día debo usar el hilo dental?

En la consulta dental, una de las preguntas más frecuentes se formula alrededor del uso del hilo dental. La verdad, los dentistas recomiendan pasarse hilo al menso una vez al día, para así evitar cualquier enfermedad que pueda crearse como consecuencia de la acumulación de bacterias y restos de alimentos. El hábito permite reducir las posibilidades de caries dental o de infecciones en las encías. En realidad, el hilo dental puede usarse más de una vez al día, siempre evitando el sangrado o el dolor en las encías. En el caso de los más pequeños, en el mercado existen productos suaves y de más ligero desliz, que evitan la excesiva fricción del hilo con la encía.

¿Qué es mejor, un cepillo eléctrico o un cepillo manual?

Para algunos pacientes, escoger el cepillo de dientes ideal puede llegar a ser un verdadero desafío. La verdad, elegir entre un cepillo eléctrico o manual depende en gran medida de las necesidades y comodidades individuales. Sin embargo, existen una serie de ventajas en ambos casos que pueden determinar la elección:

Cepillos manuales

Son más económicos que los cepillos eléctricos

Son más fáciles de manejar debido a su tamaño y a que no necesitan ser recargados

Aunque dependa mucho de la destreza de cada paciente, los cepillos manuales no ejercen tanta presión sobre los dientes y las encías. El exceso de presión puede causar sensibilidad dental  y un mayor riesgo de caries en los dientes.

Cepillos eléctricos

Los cepillos eléctricos se han convertido en una gran innovación y, la clave para dar con el adecuado para ti, es consultarlo con tu dentista. La verdad, los cepillos dentales eléctricos son capaces de limpiar las zonas bucales más difíciles de alcanzar y, además, es la mejor opción para aquellas personas limitadas físicamente (con escasa capacidad para mover los hombros, los brazos o las manos). La capacidad automática que tienen para cambiar el sentido y la dirección del cepillado ha hecho que muchos especialistas los consideren más eficaces que los cepillos manuales.

 

¿Con qué frecuencia debo cambiar mi cepillo de dientes?

Lo recomendable es cambiar el cepillo de dientes cada tres meses o, si las cerdas ya no son rectas y firmes, antes de la fecha. Al reemplazar el cepillo de dientes, el paciente debe asegurarse de haber escogido el recomendado por su dentista. En el caso de los niños, es importante tener en cuenta que debe utilizarse un cepillo de cerdas blandas.

¿Las radiografías dentales son seguras?

En muchas ocasiones, los pacientes tienen dudas acerca de las radiografías que se realizan en la consulta dental. La verdad, no es nada extraño, puesto que una excesiva radiación puede dañar los tejidos y las células del cuerpo y, a veces, hasta puede conducir al desarrollo de cáncer. Sin embargo, las radiografías dentales se realizan con una minuciosidad excepcional y, cuando se llevan a cabo, el paciente está expuesto solamente a una pequeña cantidad de radiación.

En la consulta dental, muchas son las preguntas frecuentes que surgen a lo largo del día. La verdad, resulta esencial resolver dudas sobre salud dental, puesto que no preguntar podría suponer la aparición de problemas dentales, una incorrecta higiene oral o el descuido total de un hábito. En la Clínica Dental Herrero del Pozo animamos a los pacientes a resolver cualquier cuestión sobre salud e higiene oral.

Errores más comunes al cepillarse los dientes

Gran parte de los españoles no siempre se cepilla los dientes de forma correcta. La técnica de cepillado no suele ser la correcta “en muchos casos” ya que los retos de alimentos y bacterias se mueven pero no se eliminan de la boca.

Por ello, hemos enumerado seis cosas que se suelen realizar mal a la hora de cepillarse los dientes:

– Mojar el cepillo antes de lavarnos los dientes. Y es que, es mejor que esté seco para que, de este modo, se arrastre mejor la suciedad y se eliminen mejor los restos de alimentos. Además, al mojarlo se puede generar más espuma de la necesaria para un correcto cepillado.
– No dedicar el tiempo suficiente. Se recomienda dos minutos mínimos de cepillado para que éste sea efectivo, puesto que lavar los dientes demasiado rápido aumenta las probabilidades de dejar zonas sin cepillar.
– Usar más pasta de la necesaria. No es necesario cubrir todo el cepillo con pasta de dientes, con poner sólo un poco de pasta, del tamaño de un garbanzo, ya es suficiente.
– Enjuagarnos demasiado al finalizar. Una vez terminado el cepillado, no es recomendable enjuagarse demasiado porque, de este modo, no se permite que el dentífrico actúe y que el flúor fortalezca el esmalte o la clorhexidina lo haga con las encías.
– No inclinamos suficiente el cepillo. La recomendación es mantener el cepillo en un ángulo de 45 grados y alternar movimientos circulares con movimientos desde la encía hasta el diente
– Cepillar los dientes justo después de comer. Es mejor esperarnos al menos 30 minutos después de las comidas para lavarnos los dientes, ya que hacerlo justo después comporta el riesgo de que se esparza el ácido de la comida sobre los dientes, erosionándolos a medio y largo plazo, en vez de eliminarlos.