Consecuencias bucodentales de una mala mordida

Una mordida defectuosa conlleva complicaciones tanto a nivel estético como funcional. Por ello es aconsejable acudir a un profesional y corregir la posición de los dientes mediante tratamientos como la ortodoncia. ¿Qué consecuencias bucodentales tiene una mala mordida?

Pero, ¿Cuál es el origen de la mala mordida? En muchos casos se debe a factores genéticos. Y son muchos pacientes aprenden a convivir con una mala mordida de toda la vida. Pero la realidad es que una mordida defectuosa puede alterar y dificultar con el tiempo procesos tan básicos como la masticación. Corregir estos problemas depende en gran parte de la gravedad de cada caso por lo que conviene un examen profesional. En las clínicas PropDental realizamos un estudio personalizado para conseguir una mordida perfecta en cada paciente, en función de sus necesidades.

Consecuencias de una mala mordida

Estas son las principales complicaciones que genera una mala mordida:

Problemas funcionales.

Una mordida defectuosa altera procesos funcionales como la masticación y la articulación.

Problemas bucodentales.

A nivel bucodental, una mala mordida puede provocar una aceleración en el desgaste del esmalte. También favorece el apiñamiento dental y el desarrollo de patologías como la sensibilidad dental. Además puede provocar fracturas en las piezas dentales y la sensación de dolor agudo.

Problemas musculares.

Algunas complicaciones dentales como el bruxismo están relacionadas con los dolores de cabeza y musculares. En el caso de la mordida defectuosa, también se relaciona con algunos casos de cefalea y con la fatiga muscular.
Problemas de articulación. Una mala mordida dificulta la articulación y favorece el rechinamiento al comer, al hablar y también al dormir, de modo que el paciente puede experimentar episodios propios del  bruxismo.

Problemas estéticos.

La mordida defectuosa también conlleva complicaciones a nivel estético. Al favorecer el apiñamiento de los dientes, la sonrisa no queda bien alineada y por tanto no resulta armónica. Además la mala mordida puede causar arrugas en la parte inferior del rostro y puede dar la sensación de tener una sonrisa caída o los labios más finos, por la posición mandibular.

 

El tratamiento más habitual para corregir este tipo de complicaciones es la ortodoncia. No obstante, es necesario un estudio personalizado. En función de este estudio se establecen las necesidades de cada paciente y el nivel de gravedad de la mala mordida, que sin duda condicionará el tratamiento.